Imagen de Google Jackets

Yoga clásico : aforismos sobre el yoga de Patañjali / Walter Juan Gardini

Por: Tipo de material: TextoTextoSeries (Colección Joyas místicas. Serie Mayor ; no. 6)Detalles de publicación: Buenos Aires: Hastinapura, 1984Descripción: 302 pTema(s): Resumen: El Prof .Gardini nos presenta su libro “Yoga clásico” traduciendo y desentrañando un tratado que, como dice en el prólogo el Prof. Ismael Quiles, S.J. “es un texto muy ambiguo y críptico”. Así es, los Aforismos de Patáñjali son sumamente oscuros y presentan grandes dificultades no sólo en su traducción sino en la comprensión de los mismos. Los Aforismos son la guía básica para cualquiera que desee adentrarse en el Yoga. Paso a paso van a ir guiando todos los procesos mentales hasta llegar a la iluminación. El Yoga se pierde en el oscuro pasado de la India. En Mohenjo-Daro (3000 a. C) ya había una figura en posición meditativa que nos sugeriría un conocimiento de las asanas. En el libro X, himno 136 del Rig Veda se habla del Kesarín, hombre de grandes poderes, que “sigue el camino del viento” y en general los estudiosos coinciden en este punto. Afirma el autor que “los Yogasutras son reconocidos por todos como la primera y más completa exposición del Yoga”, pero añade que no se lo considera Patáñjali el fundador del sistema sino que tal vez compiló y expuso en forma sistemática todos esos conocimientos. Aquí se plantea otro interrogante con respecto a la persona de Patáñjali, si fue o no, el que realizó un comentario al tratado gramatical de Pañini. El problema se profundiza al hacer una investigación más exhaustiva de los Yogasutras, ya que “no da la impresión de ser un texto unitario”. No siempre “las mismas palabras corresponden al mismo sentido, se encuentran repeticiones, algunas contradicciones y falta, a veces, una unión lógica entre ciertas secciones” (p. 16). Esta es una situación normal dentro del contexto cultural de la India ya que se realzaba la importancia del texto, no del autor. Uno de los seis darshanas es el Yoga, pero generalmente se lo unifica al Samkhya, esto se debe a que la base filosófica la sustenta este último por el caula parece influenciado Patáñjali. La dualidad samkhyana ha hecho que muchos no hayan considerado a este sistema como incluido en la ortodoxia hindú. También se enumera todo un proceso evolutivo comenzando de un solo principio, Brahman, tal es el caso de la Mundaka (I, i, 8). La cuestión reside en que si se acepta el dualismo Samkhya tal vez no se insertaría en el encuadre monista del cuerpo upanishádico. Pero en el Samkhya clásico el dualismo de las dos realidades purusha y prakriti ya es claramente demostrado. El purusha “es eterno, inmóvil, es perfecto y autónomo. Es pura conciencia, pura autotransparencia del Ser, sin cualidades, ni deseos, ni sentimientos de felicidad o de amor que implicarían imperfección” (p. 18). Así nos describe en pocas pero precisas palabras el Prof. Gardini al Purusha. El número de purushas es infinito, mientras que la prakriti, materia primordial es una. Es la causa natural de todo. Sus elementos son las gunas (ttatva, rajas y tamas) que originalmente se encuentran en estado de equilibrio. El desequilibrio de las gunas en prakriti da comienzo al proceso evolutivo, los depósitos kármicos acumulados en la naturaleza desde toda la eternidad son los motores internos de este nuevo proceso. La materia primordial es inconsciente pero siempre dinámica. Es la causa de todo y la única. Al perder su armonía interna aparecen los principios de “la inteligencia, la individualidad, la mente, los sentidos, los elementos sutiles y groseros de la realidad subjetiva y objetiva, consecuencia tangible en el hombre. Este no se reconoce, se identifica con la materia en sus distintos aspectos, sin saber que su verdadero ser, es el purusha” Es significativa y elocuente por sí misma la metáfora que utiliza el autor: “Es como un espectador que cautivado por la aventura que se está desarrollando en el escenario, se olvida de sí mismo y se transforma en actor”. También en estos sistemas se subraya que la causa primordial del no reconocimiento del verdadero yo es la avidya, punto en común de toda la cultura hindú, aceptado tanto por las escuelas ortodoxas como heterodoxas, siguiendo en la línea de coincidencias se reafirma la ley de karma y sámsara. El yoga nos brinda un método teórico práctico para llegar al reconocimiento del purusha y su separación de prakriti, pero su fundamentación filosófica se la debe al Sámkhya. Sin duda en los Yogasutras “el verdadero lugar privilegiado pertenece a las técnicas psicofísicas” (p. 21). Coincidimos totalmente con el Prof. Gardini que Pátañjali “se manifiesta como un agudo investigador en los niveles más profundos de la conciencia”. El libro está divido en cuatro capítulos. La primera parte, la concentración de la mente, consta de 51 aforismos. La segunda se denomina “La práctica” con 55 aforismos, “Los poderes” es la tercera que incluyen 56. Siendo la última “La Independencia” con 34. El método es eminentemente didáctico; en primera instancia se persigue el aquietamiento de los pensamientos, la concentración; luego la descripción minuciosa de los medios adecuados para la prosecución de lo que sintetiza el objetivo Yoga chitta vrittinirodah expuesto en el segundo aforismo de la primera parte. En la tercera se habla de los poderes que se adquieren por la práctica metódica de los ejercicios mentales, pero que en última instancia deben ser desechados, ya que sólo son obstáculos que desvían al hombre del verdadero fin, la liberación. Estos poderes son de características paranormales. Por último, la parte final se focaliza en la liberación. Este libro es el fruto de 10 años de estudios para su cátedra” Los Aforismos de Patáñjali” en la Universidad del Salvador y el constante aguijonear de los alumnos ha hecho que el análisis de los aforismos sea claramente comprensivos. También plantea una comparación con el punto de vista cristiano. En muchos aspectos lejos de ser excluyentes, yoga y cristianismo bien pueden complementarse, más aún, en el camino del autoconocimiento este método es útil a todo hombre. La principal diferencia, como bien lo puntualiza Gardini, estriba en que el Sámkhya es ateo. Al mismo tiempo se ponen de relieve claramente presupuestos filosóficos-religiosos muy distintos. “El Cristianismo no acepta la reencarnación, el dualismo entre espíritu y materia, ni una evolución que se desarrolla eternamente en etapas sucesivas. Afirma el comienzo del mundo por un acto creativo de Dios, aunque dentro de esa perspectiva, sea posible una progresiva evolución de lo simple hasta llegar a formas siempre más complejas (p. 27). Continuando en el análisis de las mayores divergencias entre el Yoga y el cristianismo nos dice: “La diferencia más importante entre Patáñjali y el Cristianismo está en la afirmación cristiana de la existencia de un Dios en tres personas: Ser, Pensamiento y Amor. Su esencia es la Caridad, por eso crea y actúa en el mundo por su gracia, la cual no suprime la acción humana sino que la fortalece hasta el logro del fin último”. Estamos muy lejos del ateísmo del Samkhya, del monismo del Vedanta y del Espíritu independiente y aislado de Patáñjali (p. 28). Se incluye una bibliografía como así también un pequeño glosario sánscrito. El Prof. Gardini a través de un minucioso análisis de los aforismos, pero sin perder una visión global del texto dentro del pensamiento de la India, ha contribuido a la difusión de un libro del que muchas veces sólo se focaliza su parte de poderes o efectos paranormales que creemos no es la más importante, pero sí deslumbra a los que están en búsqueda de lo esotérico sin saber que el verdadero objetivo es la liberación, clave de toda la cultura que nos ha legado la India. Reseña elaborada por: Liliana García Daris. Publicada en: Oriente-Occidente v.7, no. 1/2 (1986)
Etiquetas de esta biblioteca: No hay etiquetas de esta biblioteca para este título. Ingresar para agregar etiquetas.
Existencias
Tipo de ítem Biblioteca actual Signatura Copia número Estado Fecha de vencimiento Código de barras
Monografías Monografías Biblioteca Central "R.P. Guillermo Furlong, S.J." 294 GARy 1984 (Navegar estantería(Abre debajo)) ej.2 Disponible uni'0075324
Monografías Monografías Biblioteca Central "R.P. Guillermo Furlong, S.J." 294 GARy 1984 (Navegar estantería(Abre debajo)) ej.3 Disponible uni'0052525

El Prof .Gardini nos presenta su libro “Yoga clásico” traduciendo y desentrañando un tratado que, como dice en el prólogo el Prof. Ismael Quiles, S.J. “es un texto muy ambiguo y críptico”. Así es, los Aforismos de Patáñjali son sumamente oscuros y presentan grandes dificultades no sólo en su traducción sino en la comprensión de los mismos.
Los Aforismos son la guía básica para cualquiera que desee adentrarse en el Yoga. Paso a paso van a ir guiando todos los procesos mentales hasta llegar a la iluminación.
El Yoga se pierde en el oscuro pasado de la India. En Mohenjo-Daro (3000 a. C) ya había una figura en posición meditativa que nos sugeriría un conocimiento de las asanas.
En el libro X, himno 136 del Rig Veda se habla del Kesarín, hombre de grandes poderes, que “sigue el camino del viento” y en general los estudiosos coinciden en este punto.
Afirma el autor que “los Yogasutras son reconocidos por todos como la primera y más completa exposición del Yoga”, pero añade que no se lo considera Patáñjali el fundador del sistema sino que tal vez compiló y expuso en forma sistemática todos esos conocimientos.
Aquí se plantea otro interrogante con respecto a la persona de Patáñjali, si fue o no, el que realizó un comentario al tratado gramatical de Pañini. El problema se profundiza al hacer una investigación más exhaustiva de los Yogasutras, ya que “no da la impresión de ser un texto unitario”. No siempre “las mismas palabras corresponden al mismo sentido, se encuentran repeticiones, algunas contradicciones y falta, a veces, una unión lógica entre ciertas secciones” (p. 16). Esta es una situación normal dentro del contexto cultural de la India ya que se realzaba la importancia del texto, no del autor.
Uno de los seis darshanas es el Yoga, pero generalmente se lo unifica al Samkhya, esto se debe a que la base filosófica la sustenta este último por el caula parece influenciado Patáñjali.
La dualidad samkhyana ha hecho que muchos no hayan considerado a este sistema como incluido en la ortodoxia hindú. También se enumera todo un proceso evolutivo comenzando de un solo principio, Brahman, tal es el caso de la Mundaka (I, i, 8). La cuestión reside en que si se acepta el dualismo Samkhya tal vez no se insertaría en el encuadre monista del cuerpo upanishádico. Pero en el Samkhya clásico el dualismo de las dos realidades purusha y prakriti ya es claramente demostrado.
El purusha “es eterno, inmóvil, es perfecto y autónomo. Es pura conciencia, pura autotransparencia del Ser, sin cualidades, ni deseos, ni sentimientos de felicidad o de amor que implicarían imperfección” (p. 18). Así nos describe en pocas pero precisas palabras el Prof. Gardini al Purusha. El número de purushas es infinito, mientras que la prakriti, materia primordial es una. Es la causa natural de todo. Sus elementos son las gunas (ttatva, rajas y tamas) que originalmente se encuentran en estado de equilibrio.
El desequilibrio de las gunas en prakriti da comienzo al proceso evolutivo, los depósitos kármicos acumulados en la naturaleza desde toda la eternidad son los motores internos de este nuevo proceso. La materia primordial es inconsciente pero siempre dinámica. Es la causa de todo y la única. Al perder su armonía interna aparecen los principios de “la inteligencia, la individualidad, la mente, los sentidos, los elementos sutiles y groseros de la realidad subjetiva y objetiva, consecuencia tangible en el hombre. Este no se reconoce, se identifica con la materia en sus distintos aspectos, sin saber que su verdadero ser, es el purusha”
Es significativa y elocuente por sí misma la metáfora que utiliza el autor: “Es como un espectador que cautivado por la aventura que se está desarrollando en el escenario, se olvida de sí mismo y se transforma en actor”.
También en estos sistemas se subraya que la causa primordial del no reconocimiento del verdadero yo es la avidya, punto en común de toda la cultura hindú, aceptado tanto por las escuelas ortodoxas como heterodoxas, siguiendo en la línea de coincidencias se reafirma la ley de karma y sámsara.
El yoga nos brinda un método teórico práctico para llegar al reconocimiento del purusha y su separación de prakriti, pero su fundamentación filosófica se la debe al Sámkhya.
Sin duda en los Yogasutras “el verdadero lugar privilegiado pertenece a las técnicas psicofísicas” (p. 21). Coincidimos totalmente con el Prof. Gardini que Pátañjali “se manifiesta como un agudo investigador en los niveles más profundos de la conciencia”.
El libro está divido en cuatro capítulos. La primera parte, la concentración de la mente, consta de 51 aforismos. La segunda se denomina “La práctica” con 55 aforismos, “Los poderes” es la tercera que incluyen 56. Siendo la última “La Independencia” con 34.
El método es eminentemente didáctico; en primera instancia se persigue el aquietamiento de los pensamientos, la concentración; luego la descripción minuciosa de los medios adecuados para la prosecución de lo que sintetiza el objetivo Yoga chitta vrittinirodah expuesto en el segundo aforismo de la primera parte. En la tercera se habla de los poderes que se adquieren por la práctica metódica de los ejercicios mentales, pero que en última instancia deben ser desechados, ya que sólo son obstáculos que desvían al hombre del verdadero fin, la liberación. Estos poderes son de características paranormales. Por último, la parte final se focaliza en la liberación.
Este libro es el fruto de 10 años de estudios para su cátedra” Los Aforismos de Patáñjali” en la Universidad del Salvador y el constante aguijonear de los alumnos ha hecho que el análisis de los aforismos sea claramente comprensivos.
También plantea una comparación con el punto de vista cristiano. En muchos aspectos lejos de ser excluyentes, yoga y cristianismo bien pueden complementarse, más aún, en el camino del autoconocimiento este método es útil a todo hombre.
La principal diferencia, como bien lo puntualiza Gardini, estriba en que el Sámkhya es ateo.
Al mismo tiempo se ponen de relieve claramente presupuestos filosóficos-religiosos muy distintos.
“El Cristianismo no acepta la reencarnación, el dualismo entre espíritu y materia, ni una evolución que se desarrolla eternamente en etapas sucesivas. Afirma el comienzo del mundo por un acto creativo de Dios, aunque dentro de esa perspectiva, sea posible una progresiva evolución de lo simple hasta llegar a formas siempre más complejas (p. 27).
Continuando en el análisis de las mayores divergencias entre el Yoga y el cristianismo nos dice: “La diferencia más importante entre Patáñjali y el Cristianismo está en la afirmación cristiana de la existencia de un Dios en tres personas: Ser, Pensamiento y Amor. Su esencia es la Caridad, por eso crea y actúa en el mundo por su gracia, la cual no suprime la acción humana sino que la fortalece hasta el logro del fin último”. Estamos muy lejos del ateísmo del Samkhya, del monismo del Vedanta y del Espíritu independiente y aislado de Patáñjali (p. 28).
Se incluye una bibliografía como así también un pequeño glosario sánscrito.
El Prof. Gardini a través de un minucioso análisis de los aforismos, pero sin perder una visión global del texto dentro del pensamiento de la India, ha contribuido a la difusión de un libro del que muchas veces sólo se focaliza su parte de poderes o efectos paranormales que creemos no es la más importante, pero sí deslumbra a los que están en búsqueda de lo esotérico sin saber que el verdadero objetivo es la liberación, clave de toda la cultura que nos ha legado la India. Reseña elaborada por: Liliana García Daris. Publicada en: Oriente-Occidente v.7, no. 1/2 (1986)


Universidad del Salvador - Buenos Aires - Argentina